jueves, 3 de junio de 2010

Madrid

A ella ya no le importa nada. Hace lo que quiere. Vive en su mundo y allí no se oyen risas afiladas.
Vive en su mundo y el resto es una mota de polvo que ha guardado bajo la alfombra.
Hace tiempo que la sacó del ojo porque le molestaba. Y no piensa volver a preocuparse por ella.

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