miércoles, 30 de noviembre de 2011

¿Vida cambiada?

Dicen que cuando una mujer se cambia el pelo, cambia su vida... ¿Cómo va a cambiar? Ay, si es que ya nos creemos cualquier cosa... Me he teñido el pelo de pelirrojo, pero pelirrojo del de mentira... Yo lo quería color naranja irlandés, en plan guiri de cara quemada. Ahora tengo un rojo de típica española de pelo oscuro que se tiñe de rojo, y ni siquiera tengo el pelo oscuro, o eso creo. Y mi vida no ha cambiado, antes era un mar de quejas y ahora es un mar de... quejas ¡sorpresa! Mi vida es la misma, a día de hoy.

domingo, 27 de noviembre de 2011

Cuando no hay nada

Esa sensación de que todo se te cae encima, cuando no hay nada. Estar despierta y dormida, cansada de lo mismo de siempre. Cansada de quererte y de no verte, de verte y no quererte. Sentir un vacío, un agujero negro que parece que se traga sigilosamente cada partícula de sonrisa, sentir como que no hay nada que se pueda hacer. Todo es gris y turbio, aunque me fascina el color de las hojas cayendo sobre mí, diciendo que se ha acabado el verano, para bien o para mal. Todo es mañana o ayer, nada es hoy, nada es posibilidad, todo es desastre, desesperación. Ríe para que al instante siguiente una bocanada de aire helado te congele por dentro, te deje frío, muerto. En silencio.
Por las noches me entra miedo al ver el mañana que me viene encima, amenazando. Grito pero nadie me escucha. ¿Cuánto cuesta despertar y sentirse bien, por favor? Pero creo que no puedo permitírmelo. Fuerzas a nivel menos diez que me miran sarcásticamente, "te estás volviendo loca, Marina". BlogBooster-The most productive way for mobile blogging. BlogBooster is a multi-service blog editor for iPhone, Android, WebOs and your desktop

lunes, 14 de noviembre de 2011

¿Asturias o Madrid?

Últimamente me han preguntado en varias ocasiones, como es natural, si me gusta más Madrid (donde vivo) o Asturias (donde vivía hasta ahora). Los que preguntaban hacían tal cosa o bien porque les gustaba mucho Madrid o bien porque les gustaba mucho Asturias.
Ante esa pregunta no hago más que dudar, o, más bien, no hacía más que dudar, ya que hoy al llegar a Madrid de nuevo he encontrado una posible respuesta:

Ambos lugares me gustan o incluso me encantan, pero son tan diferentes y tan "extensos" que no caben bajo un mismo rasero.
Asturias es belleza, salud, arte en cada trazo de su paisaje. Es aire, tierra y mar, respirar y sentir. Como dicen en los anuncios "Asturias, paraíso natural". Incluso los hay que dicen que fue el lugar donde se encontraba el Edén o donde se encuentra hoy día. Asturias es color y vida. Allí está mi familia y momentos muy tiernos de mi infancia.

Madrid, en cambio, me produce diferentes sensaciones, con Madrid me siento más "identificada". La capital de nuestro país es asfalto, "adoquines", libertad, belleza en el gris del humo. Es pasado, presente y futuro.
Para mí Madrid es la salida de la habitación, sin salida, en la que estaba encerrada; no tiene verde pero los colores que tiene sabe utilizarlos.
Este lugar también es mi infancia, mi infancia más tierna, aquí veo mi madurez desde niña.
Nada ni nadie me ata a Madrid, me ato yo sola y si quiero me desato.


Todo esto me lleva a la conclusión de que Asturias me debería gustar más, pero Madrid me debería ofrecer más. Dependerá del día, hora, minuto y segundo de la pregunta mi respuesta, seguiré contestando Asturias o Madrid de manera absolutamente fortuita. Y si tenéis tiempo y paciencia os contaré esta misma historia. Suerte. BlogBooster-The most productive way for mobile blogging. BlogBooster is a multi-service blog editor for iPhone, Android, WebOs and your desktop

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Soltando lastre

Cuando era niña -bueno, más niña todavía- tenía unas expectativas sobre mi futuro altísimas. Soñaba con ser actriz, más tarde cantante y luego publicista. Finalmente decidí que quería ser periodista. Escribir.
Ahora escribo. Estudio periodismo. Y aunque si mi yo adolescente me viera probablemente se sentiría envidiosa de no ser ya así, estoy segura de que mi yo de 5 años estaría decepcionada por todos los sueños y todas las metas que he ido dejando atrás.
No me arrepiento de quién soy, ni creo que mi yo de hace 13 años me odiara, solo se preguntaría qué ha sido de todo lo que llevaba dentro que por una razón o otra he ido perdiendo. Soltando lastre.
Probablemente me reiría de mí misma, "así es ser mayor", diría...
Seguro que a mi yo de 5 años le sorprendería mi nuevo pelo rojo. Probablemente a mi yo de 13 también. Mi yo de 16 se moriría de envidia de todo lo que soy ahora.

Así es como el mundo me ha ido modelando, a su gusto. He ido perdiendo valores y aprendiendo otros nuevos, rompiendo sueños y remplazándolos, creando una nueva yo a través de los años.

Estoy segura de que leeré esto en otros tantos y pensaré en lo mucho que han cambiado las cosas, de nuevo.
Pero esto es así, mi vida acaba de empezar. BlogBooster-The most productive way for mobile blogging. BlogBooster is a multi-service blog editor for iPhone, Android, WebOs and your desktop

viernes, 4 de noviembre de 2011

No sé nada de moda

Hay algo que odio sobre la moda, algo que odio con toda mi alma. Empezaré por el principio:
Me encantan las compras, me encanta la sofisticación y la elegancia. Me gusta preocuparme por como me veo, pasarme el tiempo pensando con qué combinar o dejar de combinar una falda de encaje color nude, las pasarelas y fijarme como visten los que salen en las revistas.
Me gusta dar consejos de moda y de maquillaje y sobre todo me hace alucinar que alguien me los pida.
Pero hay algo que detesto y es que la moda parece obligar a sus seguidores a adornarse con mil abalorios -como si fueran un árbol de Navidad-, con diferentes y exagerados estampados o con prendas imposibles que parece que nadie jamás va a ponerse, por el simple hecho de que son prendas sinsentido.

A mí me gusta la moda, pero soy una persona sencilla para todo y no me verás con estampados llamativos o de colores que te griten en la cara. Me gusta la sencillez en todos sus aspectos.
Si después de sencilla tuviera que calificarme con otro adjetivo, ese sería sin duda práctica. Soy una chica práctica a la que un collar, por bonito que sea, le molesta al caminar. Un anillo, sobre todo los más grandes que son los que más amo, molesta a la hora de comer o de utilizar la manos para algo.
Las pulseras sí que son el peor invento: se mueven, rozan, suenan... Molestan.

Todo esto hace que mis modelitos se basen en los colores y en las formas, dejando de lado los demás elementos fashionistas que acabo de mencionar.
Y aún así, por narcisista que pueda sonar, me encanta mi estilo y me parece que sé de moda. Lo que me hace tener ganas de participar en concursos.
Esto me lleva a ver fotos de otros posibles participantes o ejemplos puestos por los propios organizadores.
Entonces lo veo: mil collares, mil pulseras y mil anillos. Pelo absolutamente imposible para la vida diaria. Prendas de ropa -preciosas- pero que parecen incomodísimas o que en cualquier persona normal resultarían ridículas. Colores delirantes, todos mezclados.
Y llego yo, con mi camiseta roja, mis vaqueros y mis converse negras. Y me parece que voy divina.

¿Qué se hace entonces?

Me lleva a preguntarme, terrible mente la mía, si es que yo visto mal. Me lleva a pensar que en realidad lo que pasa es que yo no tengo ni idea de moda.
Porque esos looks me gritan a la cara que la moda es exuberancia, exageración, sobrecarga de accesorios... Llamar la atención.

Y para mí la moda solo es una forma de expresión.

Indecisión

Supongo que todos los que podáis leer este blog habéis oído hablar de la serie Gossip Girl, os suena o la veis normalmente.
Hoy quiero hablar de Serena, una de las protagonistas de la serie: es una alta, delgada, preciosa y maravillosa chica rubia. Nacida en el Nueva York más exquisito. Ella puede conseguir todo lo que quiera -o al menos eso parece en la serie- solo por el hecho de ser quien es, lo tiene todo al alcance de su mano.
El problema de Serena es que por mucho que pueda conseguir, nada importa, porque no tiene las cosas claras. No sabe lo que quiere. Casi no sabe ni quien es. No tiene ni la menor idea.
Le gusta un chico, le gusta otro, un trabajo le parece bien, otro le apetece un poco... Sí, las cosas están bien, pero no tiene ni idea de qué quiere hacer con su vida. Nada es maravilloso para ella porque todo es esporádico, nada intencionado.

Serena no es capaz de escoger, a sus venti-no-sé-cuántos, qué será de su vida.

En esta imagen de niña que todos creen tonta y que ve que todo lo que puede llegar a hacer se le escapa de las manos por su indecisión, estoy segura de que muchas y muchos se ven reflejados. Cada uno a su manera.

Esa sensación de tener miedo a hacer algo bien o mal, siempre por las consecuencias (buenas o malas) que puedan acarrear tus acciones es la que yo siento, y por eso -a mi manera- me siento identificada con Serena Van Der Woodsen.

Qué cosas.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Money makes de world go round

Como nueva adulta me empiezan los problemas de pasta. Ay señor, el dinero, ¡qué suplicio!
¿Quién me mandaría a mí irme a vivir fuera de casa de mis padres aunque siga siendo una mantenida? Ahora tengo que pedirles más dinero a mis señores progenitores o a quien pueda, que es -al menos para mí- una de las cosas más vergonzosas que existe.
Y no es que gaste mucho, o al menos eso me parece, ¡pero es que el dinero desaparece! ¿Dónde se marcha? ¿Quién me lo quita?
No me acuerdo de dónde lo desperdicié la última vez... No me he comprado ese precioso vestido que llevaba  mirando unos días, o ese collar que vi aquel día. Pero el dinero ya no está.
Que si hamburguesa por aquí, que si chocolate por allá, que si tal que si cual...
¡Ahora ya sé lo que vale un peine!