sábado, 21 de noviembre de 2015

Dolor de muelas

Rebotaba en tus paredes,
En cuatro muros de corazón helado.
Me pegaba a tus sábanas,
Me enredaba, me escondía.
Esas sábanas de franela que tanto detestaba,
No hacía tanto frío cerca de tu corazón en llamas.

Cuando quería salir la puerta estaba cerrada. Cuando quería entrar, también.
Nunca estabas cuando tenías que estar.
Casi mato a tu gato cuando me pediste que lo cuidara.
Casi rompo tus ventanas y destrozo tus cojines.
Huracán Marina.
Y luego, calma.

sábado, 7 de noviembre de 2015

"Echo de menos algo más que tu cuerpo. ¿Es demasiado tarde para decir que lo siento?"
Lo siento... ¿por qué? Ya no siento nada.
A veces me encuentro a mí misma intentando recordar o intentando volver a lo que sentía antes.  A los besos o a las caricias. A esa desesperación tan natural e irracional por tenerte. Era todo más bien miedo.
Pero la verdad es que ya no hay nada. Ni recuerdos, ni ganas ni siquiera nostalgia.
Durante mucho tiempo quise borrarlo todo. Todo lo que pudiera, sin mirar atrás. Y parece que lo he conseguido. Apenas me lo creo.
Se ha acabado todo. Y ni siquiera han pasado esos famosos siete años, así que teóricamente en mi cuerpo sigue quedando algo de ti, mis células siguen recordándote aunque mi cerebro te haya bloqueado. Para bien o para mal.
También hubo un momento en el que pensé que borrándote a ti había eliminado los números necesarios para volver a querer o para volver a ser querida. También eso era mentira.