sábado, 31 de marzo de 2012

Caíste

No puedes llegar a entender lo que le puede llegar a costar a alguien aceptarse a si mismo cuando nadie más le acepta, cuando la persona a la que más se quiere no puede con la realidad de la otra.
No tienes ni idea de lo que cuesta quererse cuando nadie más lo hace, no hay amor suficiente.
No es fácil crecer, desarrollarse, y no estar a gusto con el propio cuerpo. Peor aún, que la persona que más te importa tampoco vea esplendor en tu desnudez física y psíquica.
No puedes levantarte si nada ha cambiado desde el momento en el que caíste.

sábado, 24 de marzo de 2012

Ahogada

No quiero escribir más tragedia ni dolores de corazón, pero chillo y no me escuchas. Que me haces daño, ¿no entiendes? Aunque es muy fácil hacerme daño y más si sigues por ese camino. Mi lado oscuro, mi cara oculta, todo mi dolor, toda mi pena... Solo tienes que tirar de los hilos correctos. O incorrectos.
Luchar contra algo que ha pasado no sirve, no es útil. Luchar por olvidar no soluciona nada, el dolor nunca se va... Sólo se aprende a vivir con él. Se aprende a pensar en otras cosas, a cometer nuevos errores.
Qué fácil es hacerme daño y más si sabes dónde es donde más me duele, qué fácil es que querer olvidar y qué fácil es dejar de pensar... Abandonarse.
Con la marea, con las olas, a la deriva... Muerta, ahogada.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Eterna

Arrastro conmigo la lluvia, el dolor, las lágrimas, la desgracia, el sufrimiento.
Aquí va a seguir lloviendo, conmigo, que no aguanto otra pérdida. Que esta puede ser la última vez que diga que no puedo más, que la situación me supera.
Sigue lloviendo. Rutina.
Llega el frío en primavera, no sale el sol. La sonrisa se ha apagado.
No florecen las camelias, se han helado bajo el manto de la noche. Eterna.

jueves, 15 de marzo de 2012

"Estar enamorado es... super guay"

No, no es cierto. Estar enamorado no es "super guay", es una locura, una montaña rusa de sentimientos.
Hoy todo es perfecto y ojalá nunca me separe de ti, pero ¿qué pasará mañana? Mañana puedes romperme el corazón.
Qué puedo decirte que no haya dicho ya.
Al fin y al cabo las montañas rusas, aunque a veces den miedo, producen esa sensación que te hace querer volver a subir, o no bajarte nunca.

Fotografía de Manu Suárez

domingo, 11 de marzo de 2012

Una misma realidad

Difícil solución se presenta cuando ambos miembros en una discusión consideran que tienen razón:

-¿Te gusta como voy vestida?
-No.
-No me digas eso.
-Me has preguntado.

Qué le voy a hacer si me duele que me digas que no te gusto. Cuál es el remedio si vemos realidades distintas.
El criterio de cada uno puesto en duda cuando las opiniones son diferentes. Una misma realidad.
¿Por qué no aceptar que no te gusta algo porque no responde a tus deseos animales, porque no te satisface, porque no impresiona a los otros miembros de tu manada?
No es machismo o hembrismo. Solo quiero gustarte, ¿no lo entiendes?
Es un problema genético cuando lo único que intento es complacerte y no lo consigo, y lo paso mal.
Y me duele.
Eso es debilidad, aquí, ante ti.

lunes, 5 de marzo de 2012

Pecado capital

Muros contra la inseguridad y el miedo crean esos tacones de kilómetros de altura. No hay nadie que pueda detenerte cuando empiezas la sesión de maquillaje: ojos negros, bien negros, que nadie pueda descubrir que escondes tras esa mirada. Corrector, que esconda todas las cicatrices, que nadie conozca tu pasado, tu dolor. Un poco de colorete que contraste con la dureza de tus ojos negros, porque no eres fácil de comprender ni lo serás nunca, por mucho que intenten hacerte creer lo contrario. La falda tan corta como lo permita su nombre, porque no tienes nada que esconder en el cuerpo que se te ha dado y que todos se mueren por conocer... La lujuria y la pasión siempre fueron tus mejores amigas: impiden pensar.
No necesitas que nada ni nadie te diga que te quiere porque sabes que más temprano que tarde no serán más que mentiras las que escuchas. 

No necesitas dar explicaciones para tu falta de moral, porque nadie la tiene ya, que se olviden de enseñarte. Ninguno de los que te ve en acción -como reina de la noche, de la calle, de lo que se esconde tras la ropa- tiene derecho a juzgar porque en seguida se dejan cautivar por el perfume de tu sensualidad... "No hay pecado capital en la capital del pecado". 


Escóndete, cervatillo herido, bajo tu piel de lobo, que nadie va a encontrarte ahí.