lunes, 27 de febrero de 2012

Largo camino incierto

Y yo lo veo y me pregunto ¿por dónde empiezo? ¿por dónde empezaste tú?
Lo veo, veo el camino largo que has tenido que recorrer y me imagino que no fue fácil. En absoluto.
Y sigo preguntándome, en vez de actuar. Sigo haciendo pequeñas tonterías, sin dar el paso.
Sigo mirando hacia atrás cuando ya solo me queda futuro.
Y no sé como llegar hasta el punto en el que estás. En el que estabas.
Siempre queda tiempo, siempre soy demasiado joven y demasiado vieja al mismo tiempo.

viernes, 17 de febrero de 2012

Primer amor

No quiero seguir escribiendo sobre ti. Quiero que abandones mi mente y desalojes mi corazón. Vete. Estoy cansada, agotada, exhausta.
Has agotado las lágrimas, las fisuras de autoestima, el dolor, la distancia.
El mundo se ha parado ahora, y ha empezado a girar en direcciones opuestas para ti y para mí. Al mismo tiempo.

No estoy preparada para dejarte marchar, primer amor.

martes, 14 de febrero de 2012

4AM

Anoche tuve un sueño horrible, y lloré. Lloré en sueños y me desperté angustiada, sola, vacía, desesperada. A las 4 de la madrugada me desperté bañada en lágrimas sin saber muy bien si el sueño era real o mentira.
Abracé la almohada y seguí llorando hasta volver a caer dormida. En mi sueño habías muerto.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Apago mi mente

A veces, cuando estoy feliz, ligeramente feliz, o con esperanzas de que las cosas mejoren, prefiero no pensar.
Esos son los periodos en los que mi blog se queda en blanco, durante días, semanas...
Yo pienso mucho, demasiado, normalmente cuando esto pasa las cosas se tuercen. Veo las cosas buenas desde la mala perspectiva, suelo darle vueltas porque hay algo que no me convence.
Por eso apago mi mente, enciendo la música y canto, simplemente, para evitar que mi desastrosa objetividad arruine momentos realmente maravillosos.

lunes, 6 de febrero de 2012

La injusticia de nuestras vidas

Acabo de ver unos cuantos vídeos en youtube sobre niños con Progeria, un trastorno genético que afecta a 1 cada 8 millones de recién nacidos, según he entendido.
No me voy a poner a explicar en qué consiste esta enfermedad, el que esté interesado que haga lo que tiene que hacer: molestarse y buscarlo en internet, que no podría ser más fácil.
De lo que sí que voy a hablar es de las sensaciones y pensamientos que he tenido viendo estos vídeos.

Yo, como muchos otros niños nací sana y sin ningún tipo de problema. A los 8 ó 9 años empecé a desarrollar miopía. Desde luego esto no es un drama, tiene una serie de soluciones sencillas, pero sí es un fallo del cuerpo.
A pesar de todo, la gente que conozco no me cree cuando les digo la suerte que tienen por tener una vista perfecta.
A los 14 años tuve una infección en un ojo por usar lentillas de manera incorrecta. La culpa fue solo mía. Estuve meses con unos dolores horribles, sin ver, con fotofobia, calcificación de la córnea y sin un diagnóstico. Finalmente supe que un tipo de ameba poco común en España y en general en los países desarrollados, estaba comiéndose -no estoy segura si literalmente- mi córnea.
Me dijeron que podría haber muerto si le hubiera dado tiempo a llegar al nervio ocular.
Todo esto fue hace casi 5 años. Ahora estoy bien, si os lo preguntáis, o casi.
Tengo una cicatriz en la córnea- que para los que no lo sabéis, es una parte transparente del ojo que cubre el iris y pupila- que me impide la visión plena del ojo izquierdo. Eso además de la miopía en ambos ojos. Tengo cefaleas habituales, mi miopía en el ojo derecho es el doble que en el izquierdo, no veo el 3D, mi percepción de las distancias es repugnante y otras pequeñas tonterías son las consecuencias de mi mala utilización de las lentillas en mi tierna adolescencia.

Siempre he hecho un drama de todo esto, porque para mí lo fue. El dolor, la vergüenza -porque no imagináis como tenía el ojo-, el miedo, la tensión...
Durante años se me veía la pupila blanca en las fotos y eso me horrorizaba. Y aquí estoy, caída, de nuevo en pie.

Todo esto lo cuento porque hice de aquel problema un drama muy digno, pero viendo los vídeos acerca de la Progeria se me ha partido el corazón, de los niños y sus familias. En particular he visto a Ashley Hegi, una niña de 14 años que cuenta en el vídeo de Youtube que va al colegio, que le gusta acampar en el jardín y estar con sus amigos.
Ella nació así, pero afirma que es feliz. Al igual de feliz que podemos ser cualquiera de nosotros, con nuestros problemas o sin ellos.

De nuevo le doy otra vuelta a la cabeza, ya no para pensar en los problemas que tuve a los 14 años, los que tiene Ashley Hegi, o los que tiene cualquier otro niño de 14 años, sino para pensar en esos niños que nacen sanos y que viven sanos en todos los aspectos, sin tan siquiera una "mísera" deficiencia visual.
Me siento horrible por pensar que algo malo les tiene que pasar a esos niños, no puede ser que el mundo sea tan injusto con algunos como con Ashley, o un poquitillo, poquitísimo injusto en comparación como lo fue conmigo. ¿Qué les pasa a los niños que nacen guapos, sanos, sin deficiencias de ningún tipo, en todos los parámetros normales? ¿Qué es de esos niños? Iba a preguntar si realmente existen, pero conozco algunos y son gente normal, como tú y como yo.
¿Entonces?
¿Soy tan mala como yo misma me veo por sentir que el mundo ha sido injusto conmigo por darme esta miopía y encima la mala suerte de "pillar" una Acanthamoeba?
Sé que soy cruel, egoísta, que yo misma estoy siendo injusta. Y lo siento en el alma, escribo esta entrada para pedir perdón por mi infantilismo, siempre pensando en mí misma.

El mundo es justo, lo es, realmente lo es. Lo prometo. Lo que no te da hoy te lo dará mañana. Cada uno de nosotros, seamos como seamos, somos afortunados, sólo hay que buscar el porqué y querer encontrarlo...

Mañana será otro día y yo propongo empezarlo con una sonrisa, demostrándole a todos lo valiosas que son cada una de nuestra vidas, da igual como sean.

viernes, 3 de febrero de 2012

Vacía para todos

Quieres que te explique... ¿Y qué narices quieres que te explique?
Menos mal que no te puedo ver porque si lo hiciera me vendría abajo.
No quiero hablar contigo, no quiero tus disculpas, tu amistad.
Solo quiero que me quieras y si no quieres hacerlo no puedo aceptar nada más que el vacío. No quiero pretensiones cuando mi corazón está hecho trizas, porque tú lo has roto, en pedazos, destrozado. Y las cosas son así, y da igual, ya da igual. Porque no puedes pedirme nada ya, todo lo mío te lo di, no me queda nada que ofrecer, ni a ti ni a nadie.

miércoles, 1 de febrero de 2012

¿Quién me ha robado el aliento?


¿Qué debería hacer? ¿Cuál es el plan? ¿Significa la distancia la desaparición del amor? ¿Es una pausa o un fin? Es tan difícil de entender esta desconexión que dudo que llegue a entenderla pronto. Pienso y pienso y no sé realmente que está pasando. No sé si debería tener claro que aquí ha llegado el punto final, si ese cambio fue el punto de inflexión.


¿Cómo saber si ya no te quiero? Peor aún, ¿cómo saber cuando has dejado de quererme?
Yo sabía que algo así no funcionaría, solo he estado engañandome durante meses. ¿O no?
¿Dónde están mis respuestas? ¿Quién me ha robado el aliento? ¿Y los latidos?
¿Qué se supone que debo hacer si ya no hay nada más? Qué probable es que esté exagerando, que las cosas sigan como siempre, que nuestros corazones sigan sonando al compás. Qué probable es que ya no te acuerdes de cómo era mi risa o de cuál es mi cara cuando estoy enfadada.
¿Hasta dónde llega la agonía y cuándo llega la aceptación del hecho?
¿Cómo superar una caída tan larga?


Cientos de veces he dicho que cada día se hace más difícil salir del agujero negro en el que he caído, ¿vas a apartar la mano que me salva del precipicio? ¿Vas a conseguir que llore? Debería conocerme, o conocernos, como para saber cuando hay que parar pero nadie se atreve a decirle al otro que ésta es la última página de nuestro libro, del libro que escribimos juntos.