jueves, 24 de mayo de 2012

Rendición

Llega la noche -la oscuridad- y no puedo hacer otra cosa que preguntarme hasta donde voy a llegar sin admitir lo terriblemente sola -triste, entumecida, vacía, destrozada- que me siento.
Cuánto va a durar este estancamiento en el pasado, y... ¿conseguiré algún día, realmente, seguir adelante?
Tengo un miedo monstruoso a perder lo poco que me queda, como si no hubiera tenido suficiente.
Como si una mano fría y fuerte tirara de mí hacia las profundidades de un lago helado con su capa de hielo en la superficie -infranqueable-, lleno de resentimiento, de dolor. Cada noche, en mis sueños me veo caer de nuevo, siempre por el mismo precipicio que susurra mi nombre como un depredador en la oscuridad. Esta noche no será diferente. Me abandonaré, esta es mi rendición.

jueves, 17 de mayo de 2012

Levantarme y parar su carrera

Mi cara golpeó contra el suelo. El impacto fue tan fuerte que sentía que me ardía la mitad de la cara. La rabia, la impotencia, la adrenalina... Todo junto no era suficiente para hacer a mi cuerpo levantarse otra vez del suelo. Toda magullada y sintiendo ese fulgor en la sangre miré hacia arriba y vi como se había marchado dejándome tirada sobre el suelo frío. Sentía como me quedaba atrás, como mis esfuerzos eran inútiles... "No importa", pensé, esperaré a que vuelva; durante un segundo eso me proporcionó lo que necesitaba para levantarme y parar su carrera: esta vez el balón no entraría en mi canasta, este par de puntos eran míos. El deporte es así.