martes, 24 de febrero de 2015

Preparada para morir en ese momento

A lo mejor esa soy yo, cabezota hasta lo imposible. Porque te quiero a ti y estoy segura de que tú me quieres a mí. Como un capricho. También como un compromiso.
Porque decidí en algún momento de nuestras vidas que éramos tú y yo hasta el infinito y más allá.
No es que escribiera mi nombre en la suela de tu zapato, es que nunca pensé en regalarte a otros niños.
Pero para niños nosotros, ¿no?

Estoy dispuesta a firmar la hipoteca, aunque me saque sangre hasta el día de mi muerte. La daré con gusto, de un rojo pasión inolvidable. Como nosotros.

Hace tiempo que es hora de darse cuenta de que lo que quise no es lo que querré, es eso, ¿verdad? Ya he probado esta manualidad y me ha salido chapucera. A medias.
Como enamorarme: no lo suficiente como para conservarte, tanto como para ser incapaz de dejarte marchar.



* Now playing: Mother Mary- Rihanna

miércoles, 18 de febrero de 2015

Pensamientos de avión

No quiero saber los kilómetros ni las personas que nos separan. Sinceramente no me importa. Sé cuando te siento cerca, como si algo nos hubiera empujado a pensar el uno en el otro a la misma vez. Pasa de vez en cuando y lo siento muy fuerte dentro, en algún lugar del pecho.
Sueño despierta a menudo y es divertido pensar que las cosas podrían cambiar en un abrir y cerrar de ojos si alguno de los dos se atreviera a cerrarlos y tirarse al vacío.
Es entretenido pensar desde el avión de vuelta, una vez pasado todo, que podría haberte encontrado en este viaje. Haberte visto desde la distancia y reconocer tu silueta y tu pelo negro azabache. Haber salido corriendo detrás tuya, sin pensar, como una niña tonta, y reencontrarnos como dos amigos de la infancia que hace años que no se ven.
Imagino casi como un recuerdo una mezcla de emociones en tu gesto: sorpresa, alegría, melancolía, desconcierto, vergüenza.
 No me importa. Ya no me importa nada.