miércoles, 1 de febrero de 2012

¿Quién me ha robado el aliento?


¿Qué debería hacer? ¿Cuál es el plan? ¿Significa la distancia la desaparición del amor? ¿Es una pausa o un fin? Es tan difícil de entender esta desconexión que dudo que llegue a entenderla pronto. Pienso y pienso y no sé realmente que está pasando. No sé si debería tener claro que aquí ha llegado el punto final, si ese cambio fue el punto de inflexión.


¿Cómo saber si ya no te quiero? Peor aún, ¿cómo saber cuando has dejado de quererme?
Yo sabía que algo así no funcionaría, solo he estado engañandome durante meses. ¿O no?
¿Dónde están mis respuestas? ¿Quién me ha robado el aliento? ¿Y los latidos?
¿Qué se supone que debo hacer si ya no hay nada más? Qué probable es que esté exagerando, que las cosas sigan como siempre, que nuestros corazones sigan sonando al compás. Qué probable es que ya no te acuerdes de cómo era mi risa o de cuál es mi cara cuando estoy enfadada.
¿Hasta dónde llega la agonía y cuándo llega la aceptación del hecho?
¿Cómo superar una caída tan larga?


Cientos de veces he dicho que cada día se hace más difícil salir del agujero negro en el que he caído, ¿vas a apartar la mano que me salva del precipicio? ¿Vas a conseguir que llore? Debería conocerme, o conocernos, como para saber cuando hay que parar pero nadie se atreve a decirle al otro que ésta es la última página de nuestro libro, del libro que escribimos juntos.

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