jueves, 27 de noviembre de 2014

Desperté del sueño

Siempre con el mismo miedo. Olvidando el temor a no gustar, a ser rechazada. Eso lo superé cuando tenía 15 años y descubrí que no es que el mundo no me comprendiera, es que nadie comprende a nadie.
Miedo a que alguien vea en mí lo que vio él, y que se sienta con derecho a tratarme de la misma manera. Porque entonces pensaba que nunca permitiría algo así. Y desperté del sueño para darme cuenta de que ni siquiera yo me entendía a mí misma.

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