Sensual pestañeo al mirar hacia un lado. Seducción en las comisuras, en la sonrisa de los carnosos labios. Ceja arqueada, insinuante. Un tirabuzón colabora con la belleza, y junto a la oreja, un susurro y un suspiro.
Elegancia muerta. Su herencia, cada vez más mustia, está repleta de pómulos, narices y labios falsos.
Es lo que no muestras lo que más dulce queda tras esa sedosa tela cosida en Dior.
No es un pelo rubio, negro o rojo. No son tallas. No es Chanel N°5.
Es la esencia.
Elegancia muerta. Su herencia, cada vez más mustia, está repleta de pómulos, narices y labios falsos.
Es lo que no muestras lo que más dulce queda tras esa sedosa tela cosida en Dior.
No es un pelo rubio, negro o rojo. No son tallas. No es Chanel N°5.
Es la esencia.
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