A veces vuelve a mí esa necesidad de recordarte mi existencia. La última vez me dijiste que no necesitabas que lo hiciera.
Si piensas hoy en mí di hola, aunque sea seguido de un adiós, porque ¿porqué no?
Ahora me voy, porque si no estuviéramos en 2015, tras escribir esta carta la arrugaría y tiraría a la basura.
Adiós, me alegro de haber hablado contigo.
Donde hubo fuego siempre quedan cenizas.
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