Lo recuerdo perfectamente, ese enorme bosque en el que daba tanto miedo adentrarse, estaba perdido en medio de nada, si te acercabas al bosque allí hacía mucho más frío, el viento soplaba más fuerte. Aquella enorme casa, vieja, en ruinas, vacía pero llena de recuerdos te inundaban, que congestionaban la mente, aquella casa que pegaba a la perfección con el cuadro descrito. Daba pánico, de día o de noche. Era protagonista de mis mayores pesadillas.
Y de repente de un verano a otro todo desapareció, ya no había miedo, ya no había frío ni viento, la casa estaba a dos pasos de aquel desvalido bosque que ya no había ruidos misteriosos.
Las cosas habían cambiado tanto… En un invierno yo había crecido y había dejado atrás todos aquellos fairy tales que me hacían ver la vida de otra manera.Por creces y nada es igual.
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