Me despierto en la cama, enredada en las sábanas como si fueran una prisión. Incapaz de despertar, incapaz de dormir. Los sueños pesan demasiado esta madrugada y me arrastran, me empujan hacia el fondo de este colchón, donde me pierdo, me hundo.
Hace un calor sofocante y por más que me muevo no encuentro la postura, el punto perfecto donde la pizca de aire que se mueve en esta habitación me golpee con esa violencia cero. Cómo me gustaría estar ahora al borde de aquellos acantilados cerca de casa, donde el viento despeina y el sol no pega.
Cómo me gustaría estar ahora en tus brazos, a pesar del calor, a pesar de los kilómetros. Sólo por gusto. Por capricho. Porque quiero y porque sí. Sin dar explicaciones a nadie me cojo el siguiente avión y esta noche duermo en tu cama.
No hay comentarios:
Publicar un comentario