Poco a poco fue comprendiendo, y después aceptando, que nadie, jamás estaría para ella. Solo se tenía a sí misma porque nacemos y morimos solos, siendo los únicos responsables de nuestra vida.
Su paciencia y esperanza le salvaron la vida, porque nadie más lo intentó.
Nacemos y morimos solos, por más que intentemos cambiarlo.
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