Y es evidente todo lo que echaré de menos, cuando siga el camino sola, sin nadie en quien apoyarme cuando el sol apriete.
Ya no hay sitio en mi corazón para más vacío. Solo quedan recuerdos que revolotean haciendo un ruido ensordecedor. En la oscuridad de las noches en las que no hay nada -que son muchas-, mi miedo sigue ahí. Nadie más va a hacerme daño, me digo, nunca más, nadie podrá. Vuestros fantasmas me recuerdan que el pasado que ha pasado sigue existiendo.
No olvida.
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