Las noches son el peor momento del día porque recuerdo tus brazos al rededor de mi cuerpo.
Echo de menos el "tú" que sonreía y no hacía otra cosa que quererme. Cuando todo va mal me acuerdo del chico del que estoy enamorada y no del que ahora pareces, carcomido por la añoranza, rutina y melancolía. Y me pregunto como será el momento en el que te vuelva a ver... Intento sentir tus labios sobre los míos...
Tus manos en mi nuca, o en mi cintura, aprentándome contra tu pecho. Sentir tu corazón al ritmo de tambores, al volumen más alto que un corazón puede permitirse.
Retumba en mi mente el sonido de las lágrimas de aquel día...
Frío.
Tú sigues sin leer este blog, aunque seas el único protagonista. No sé si alguien no es todavía consciente del nombre que gritan estas frases.
Estas cartas son para ti, mi XVIII, número olvidado, perdido. Sigues siendo TODO para mí.
Echo de menos el "tú" que sonreía y no hacía otra cosa que quererme. Cuando todo va mal me acuerdo del chico del que estoy enamorada y no del que ahora pareces, carcomido por la añoranza, rutina y melancolía. Y me pregunto como será el momento en el que te vuelva a ver... Intento sentir tus labios sobre los míos...
Tus manos en mi nuca, o en mi cintura, aprentándome contra tu pecho. Sentir tu corazón al ritmo de tambores, al volumen más alto que un corazón puede permitirse.
Retumba en mi mente el sonido de las lágrimas de aquel día...
Frío.
Tú sigues sin leer este blog, aunque seas el único protagonista. No sé si alguien no es todavía consciente del nombre que gritan estas frases.
Estas cartas son para ti, mi XVIII, número olvidado, perdido. Sigues siendo TODO para mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario