Descubrí por fin mi problema y mi más sobresaliente virtud: la melancolía. Me inspira. Me mata. Me corroe. Me propone nuevos sueños.
Soy una persona en ocasiones melancólica, feliz, siempre feliz. Ante la adversidad... La melancolía es esperanza, una ilusión que nunca se cumple y que sabes que no se cumplirá, pero es esperanza que nunca pierdes.
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